domingo, 14 de febrero de 2010

II CONCURSO DE CARTAS DE AMOR

En la era digital ¿ se siguen escribiendo cartas de amor aunque sea vía móvil, correo electrónico o facebook ?

Es de suponer que sí porque al II Concurso de Cartas de Amor convocado por las profesoras responsables de la Biblioteca de nuestro instituto -Ana Torre (Historia), Marisa Peces e Isabel Gallego (Lengua y Literatura)- con ocasión del día de San Valentín, "Día de los Enamorados", han respondido alumnos tanto de la ESO como de Bachillerato. Y el viernes día doce se han entregado los premios en la misma biblioteca.

La ganadora ha sido la alumna de 1º2 de Bachillerato Laura ROBLES NIETO con CARTA DE AMOR y mención especial a Diego SIMÓN PÍRIZ de 2º C de ESO con una Carta de Amor en RAP.

CARTA DE AMOR por Laura Robles

Estimado Señor Cupido:

Estoy muy indignada con usted pues el producto que me asignó no es como yo esperaba.

Siempre vi en las películas ese amor verdadero, rubio, de ojos azules, alto, tan bueno, tan detallista, tan hermoso......

Y jamás imaginé que la persona que yo amaría, por su caprichosa voluntad, señor Cupido, tendría defectos.

En el físico no acertó usted ni por casualidad. No es rubio, que es moreno. Sus ojos no son azulados sino de un caramelo intenso y en lo de alto, no me quejo, la verdad, pero ¿sabe?..... aun con todos los fallos que cometió, nunca hubiera deseado que fuese de otra forma cuando le vi por primera vez.

Por otra parte, me hubiese encantado que compartiese mis principales gustos, pero no es así. Para mí es impensable decir : - "Amor, vamos a ver este museo"- pues aparte de recibir un no por respuesta, añadirá jocosamente : - "eres la rarita más guapa que he visto".

Y usted pensará qué osadía la mía, el protestar por un simple desacuerdo, pero señor Cupido, no acaba aquí el problema. Mientras que yo adoro la música clásica, el prefiere el rap, y siendo nuestros gustos tan dispares yo me sé de memoria sus canciones y él las mías.

Además en cuanto a libros se refiere, yo me decanto por Antonio Buero Vallejo y él por Kafka.
No coindimos en nada y esto es sólo una breve muestra de nuestras discrepancias.

Pero lo que peor llevo sin duda alguna es su mal humor. Yo, la persona más alegre que conozco, siempre con la sonrisa en la cara, dispuesta a ver el vaso medio lleno, fui a toparme con el que ve las cosas más negras que el carbón.

Y no es que no sea simpático y no sonría y a veces no tenga un buen día, pero es que Señor Cupido, compréndame usted, que nunca se fíe de que las cosas saldrán bien me repatea siendo yo como soy.

Podrá usted imaginarse con esto que le he contado, que pasamos el día discutiendo por absolutamente todo, y no es que a mí no me guste discutir pero me pone un adversario que no hay quien lo resista.

¿ Ha sacado usted alguna conclusión de lo que quiero decirle ? ¿ N0 ? Pues yo se lo explico.

Se ha equivocado y mucho. Que somos demasiado diferentes y que estoy en mi derecho de demandarle por una especie de incumplimiento de contrato. Pero no lo haré, ¿ sabe por qué ?

Porque coincidimos en tres cosas aunque parezca mentira. La primera es que los dos sabemos que somos el uno para el otro. La segunda, que lo nuestro es para siempre y, por último, y no por ello menos menos importante, que el amor que sentimos es tan grande que nos une más que las diferencias que nos separan.

Además, Señor Cupido, sepa usted una última cosa, las mejores cosas de este vida son equivocaciones.